Taciturno
nacido de las noches
y las tazas que de a sorbos
van licuando aquella ausencia
descomponiendo mi suerte
que se torna borra
-y es de vino- y que,
con una sola mirada,
también, se borra
paro al voltear
y ver lo que hay afuera
(en eso descubro qué
me inspira diferente)
la boca de esa taza
-donde los labios se reposan-
es, en realidad, un ojo
que me mira ciegamente
veo mares, veo verdes
pero en eso, además,
veo cómo se contienen;
son tus ojos que
me miran ciegamente